Se trata de una tradición que reúne cada año a centenares de vecinos y curiosos que hacen cola para recibir un plato de esta legumbre que solía cocinarse hace años para agasajar a los peregrinos que caminaban hacía Santiago de Compostela.
Cinco siglos a la espalda
Con 509 años a sus espaldas, la Cofradía mantiene la esencia de lo que fue antaño y por ello, cada 17 de enero cocina miles de kilos de titos para repartirlos entre los vecinos del barrio. Se trata de una tradición que parte de una acción altruista que comenzó a gestarse en el siglo XVI, cuando los cofrades alimentaban a aquellos peregrino que pasaban y hacían una parada obligada en la iglesia de Santa María la Real y Antigua. En aquel momento se trató de una labor de caridad que ahora se ha convertido en una de las fiestas más singulares de la capital burgalesa y del barrio de Gamonal.
Como viene siendo habitual desde hace años, vecinos y curiosos esperaran con paciencia su turno para hacerse con una singular ración de titos, una legumbre ya en desuso en el mundo gastronómico y a la que se le saca el mayor partido en esta época del año en la capital burgalesa. Por este motivo, los miembros de la Cofradía ya han comenzado a pelar los cerca de 6.000 kilos de ajos y cebollas (3.000 kilos de cada vegetal) que acompañarán y darán sabor a los más de 2.000 kilos que se cocinarán en esta edición en quince calderas.
Que bonito que con el paso de los años no se rompan estas tradiciones, osea que mañana fiesta para los Burgaleses que quieran asistir a esta bonita fiesta, ya me gustaría estar cerca para probar esta legumbre que no tengo la suerte de conocer al menos con ese nombre, deseo que el tiempo les acompañe y puedan disfrutar de este día. Saludos.
ResponderEliminarQue hermosa tradición, lástima que me quede tan lejos, sino, no me lo perdería. Saludos
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